
El azúcar añadido es uno de los ingredientes más dañinos no solo para las personas con diabetes, sino para todos. No aporta a nuestra nutrición, es muy inflamatorio, interfiere con las hormonas que regulan el hambre, causa obesidad y además es adictivo.
Lamentablemente, con la era de la comida procesada, encontramos azúcar no solo en los postres, pero también en salsas de tomate, vinagretas, sopas enlatadas y en productos “saludables” como la granola y el yogur.
Estos azúcares escondidos nos han dañado nuestros paladares. Cada vez necesitamos más azúcar para endulzar lo que comemos. Por eso, es importante volver a entrenar nuestro paladar para poder limitar el consumo de azúcar diario. Puede sonar difícil, pero les aseguro que no es imposible. Según la American Heart Association, una mujer solo debe consumir 6 cucharaditas de azúcar al día, los hombres 9. Pero no siempre se puede evitar. No todos los endulzantes o edulcorantes son iguales. En las últimas décadas se han creado edulcorantes artificiales los cuales se han promovido como una mejor opción para personas que sufren de diabetes porque no alteran los niveles de glucosa.
Estos sustitutos de azúcar son creados en laboratorios a base de químicos que, se dice, no contienen calorías por la poca cantidad necesaria para endulzar, ya que endulzan hasta 200 veces más que el azúcar.
En Estados Unidos, hay 6 edulcorantes artificiales aprobados por la FDA. Los más comunes son: Aspartame (Equal), Sucralose (Splenda), and Saccharin (Sweet’N Low). Pero hay varios estudios que contradicen los beneficios de su uso. Por otra parte, hay investigaciones que confirman que el uso en altas cantidades de estos edulcorantes afecta la salud intestinal y también aumenta el índice de enfermedades estomacales.
En realidad, si existe algún daño directamente relacionado con la utilización de estos productos, aún está por verse y comprobarse. Mientras tanto, es importante que le dediques mucha atención a tu cuerpo y debes cerciorarte cómo estás reaccionando a estos productos. Lo más recomendable es utilizar siempre endulzantes naturales siempre en la medida en que te sea posible. Por ejemplo:
Stevia
Es el endulzante natural preferido, se extrae de una planta sudamericana. No contiene calorías y no es asociada con ningún efecto adverso. Inclusive, era usada como medicina en tiempos antiguos. Está disponible en los supermercados en líquido y en polvo.
Es muchísimo más dulce que el azúcar, así que un par de gotitas o una pizca es mas que suficiente para endulzar una bebida y es la mejor opción para diabéticos. Hay estudios que aseguran que baja la presión arterial y los niveles de azúcar.
Eritritol y Xilitol
Tanto eritritol como xilitol son alcoholes de azúcar bajos en calorías que no tienen efectos en los niveles de glucosa del cuerpo, por lo que son una buena opción para los diabéticos. Se encuentran en frutas y su sabor es muy parecido al del azúcar.
Sí pueden causar problemas estomacales cuando se consumen en exceso, por eso yo los uso solamente ocasionalmente. El eritritol se consigue bajo la marca Swerve, es buenísimo para hornear y es el único endulzante natural bajo en calorías que se consigue en versión granular y en polvo (azúcar glas).
Miel
La miel sigue siendo un tipo de azúcar y el hígado la metaboliza como tal. Claro está, tal vez tiene menos fructosa que el azúcar de mesa y más nutrientes, pero sigue siendo adversa para los diabéticos y no debería formar parte de tu dieta diaria. Si no tienes problemas metabolizando azúcar, un poco de miel en moderación no te hará daño.
Decirle adiós al azúcar es difícil, pero con lo dañina que es, vale la pena. Debes adiestrar a tu paladar para que se conforme con menos endulzantes y para cuando es imposible evitarlos, elige endulzantes naturales.
Fuente: aarp.org