¿De qué están hechas las pastillas de caldo?

    Rápidas y con un sabor potente, las pastillas de caldo se utilizan para hacer platos más sabrosos. Viendo su composición es probable que dejes de usarlas. No son nada aconsejables.

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    ¿De qué están hechas las pastillas de caldo?
    © [New Africa] / Adobe Stock

    Su invento se se atribuye al francés Nicolas Appert en el siglo XVIII. Con esta especie de extracto de carne se abastecía a las tropas napoleónicas con más facilidades logísticas aunque se dice también que el creador de la pastilla como tal fue el alemán Justus von Liebig. En cualquier caso, ya en el siglo XX la empresa Maggi lo empezó a comercializar, seguida de la británica Oxo, y hasta hoy.

    ¿Qué ingredientes llevan las pastillas de caldo?

    Normalmente entre sus ingtredientes se pueden mencionar: Sal, potenciador del sabor (glutamato monosódico), almidón de maíz, grasa vegetal de palma, pollo de corral 5%, aromas, salsa de soja, cebolla, extracto de levadura, hortalizas en proporción variable, especias, grasa de pollo 0,1%, aceite de oliva.

    ¿Son sanas las pastillas de caldo?

    Obviamente, si nos basamos en los ingredientes, pues no mucho. ¿Te vas a morir? No, hombre, no. Te inflas de sal o de glutamato monosódico en muchos momentos de tu vida (en cualquier restaurante chino, sin ir más lejos. Pobres, tienen la fama) pero seguramente después no te sientes bien, ¿verdad?

    La FDA ha clasificado este ingrediente como seguro pero su uso aun es controvertido y advierten limitar su uso por su alto contenido de sodio, que puede generar hipertensión. ¿Recomendación? Limitar el consumo de sodio a menos de 2,300 mg al día (1 cucharadita de sal). Por cada 100 ml de caldo preparado (una pastilla en medio litro de agua) hay 1100 mg de sal. La mitad de la dosis diaria recomendada.

    Receta de pastillas de caldo caseras

    Como todo, en exceso, es malo. Puedes hacer esta receta de pastillas de caldo de verduras, con elementos y cifras mucho más “healthy”. Aún así, como ella misma advierte, cuidado con la sal. ¡Con esto sí que vas a enriquecer!

    Necesitarás

    • Molde rectangular de 25 x 19 cm

    Ingredientes para 35 pastillas

    • 200 g de puerros
    • 300 g de zanahorias
    • 1 cebolla
    • 1 diente de ajo
    • 2 hojas de apio —el tallo y las hojas—
    • 100 g de repollo
    • 200 g de sal —lee los consejos—
    • 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra

    Preparación

    • Pela las zanahorias, la cebolla y el diente de ajo. Lava bien el puerro y desecha las raíces.
    • Córtalas en trozos pequeñitos y del mismo tamaño.
    • Pon en una olla la cucharada de aceite. Añade las verduras y la sal y ponlas a fuego medio-bajo unos 40 minutos y tapa. Revuelve a menudo, porque aunque no lleve agua, las verduras soltarán todo su jugo, de manera que no se te quemarán, pero hay que vigilarlas. Cuando hayan pasado 20 minutos, quita la tapa para que se evapore el agua y el concentrado espese. Vierte las verduras en un vaso de batidora y tritúralas hasta que quede un puré muy espeso.
    • Pasa esta pasta a una sartén antiadherente sin nada de grasa y, con la ayuda de una cuchara de madera o una espátula, ve removiendo a fuego medio hasta que se quede con la textura de un paté muy espeso.
    • Forra un molde con papel de hornear, vierte en él la pasta, pon otro papel de hornear por encima y alisa la superficie. Deja enfriar.
    • Cuando la masa está fría, métela durante 1 hora al congelador.
    • Corta cubitos o pastillas de unos 2 x 3 cm. También se puede dejar en un boté en formato crema espesa e ir sacando a cucharadas.
    • Los puedes guardar en un táper, pero para que no se peguen unos con otros tendrás que separarlos con una capa de papel de hornear. Yo los guardo en el congelador.

    Consejos

    • Puedes usar una o dos pastillas para potenciar el sabor de tus platillos, pero ¡ojo!, no debes usar sal, porque las pastillas ya le aportarán la suficiente para aderezar tu guiso.
    • Puedes emplear otras verduras, no es una receta de medidas exactas. Puedes poner un trozo de calabaza, chalotas, un tronco de brócoli o coliflor —no los cogollos—, lo que te parezca oportuno… Mejor verduras que no suelten mucha agua, porque si no, no podrás repartirlo en porciones.
    • Puedes rebajar la sal, pero es un concentrado y la sal actúa de conservante. No es recomendable: si no puedes tomar sal por el motivo que sea, ésta no es tu receta.
    • Los cubitos se mantienen en el congelador 6 meses.
    • Puedes añadirle más especias, por ejemplo, orégano, tomillo, o hierbas provenzales.

    Por Andrés Galisteo. Experto en gastronomía

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