¿Haces ejercicio y engordas? Te decimos por qué

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¿Haces ejercicio y engordas? Te decimos por qué

Hacer ejercicio para adelgazar es la decisión más acertada junto con una mejora de los hábitos alimenticios. Es común que muchas personas se pongan a hacer ejercicio y no bajen de peso. Aunque pueda parece una contradicción, es algo totalmente normal, sobre todo en las primeras semanas.

Estamos acostumbrados a que a la hora de preocuparnos por nuestro aspecto físico lo primero en lo que nos preguntemos es ¿cuánto peso? Cuando tomamos la decisión de empezar a entrenar muchas veces notamos cómo a los pocos días no solo no hemos bajado el número en la báscula sino que ¡lo hemos aumentado! Lo cual nos puede llevar a la desmotivación.

Ganar peso es motivo de preocupación para más de la mitad de la población, y esta inquietud se torna casi en obsesión. Esto lleva a poner remedio: combinar una dieta ordenada y equilibrada y un buen plan de actividad física diseñado para tal fin. El problema viene cuando, quien lo practica, tras semanas de esfuerzo y rutina, se sube a la báscula y ve ganancia de peso, pese a verse más ligero.

Desconcierto y preocupación a partes iguales. Se hace ejercicio para perder peso, y resulta todo lo contrario. ¿Tiene esto algún fundamento? ¿Hay algo en lo alimentario o en el método de ejercicio que explique este fenómeno? A lo largo de estas líneas, y de la mano de un especialista en nutrición deportiva, se responden estas dudas, además de romper con algunos mitos muy arraigados entre quienes practican deporte.

¡No desesperes! ¡No lo estás haciendo mal!

Que la báscula te indique un peso mayor o igual que el de antes, no quiere decir que no estés realizando el entrenamiento correctamente o no estés logrando el objetivo de “perder esos kilos de más”.

Cuando empezamos a entrenar, especialmente si llevamos un tiempo sin practicar ninguna actividad física regular, aumentamos la masa muscular en una pequeña cantidad al mismo tiempo que va descendiendo el porcentaje de grasa.

Si entrenas varias veces a la semana y sin embargo no notas cambios en tu cuerpo, la frustración te hará replantearte qué es lo que haces mal. ¿Te has parado a pensar que una hora al día de deporte no es la solución a las 23 horas restantes de malos hábitos? Numerosos estudios científicos revelan que para adelgazar, un 30% depende del ejercicio mientras que el 70% restante de la dieta.

¿Qué quiere decir esto?

Que aunque en la báscula veamos el mismo número, estamos convirtiendo la masa grasa en masa magra. Tenemos que tener en cuenta que 1 kilo de grasa ocupa mucho más que 1 kilo de músculo. Podemos pesar lo mismo pero nuestro volumen descenderá.

Especialmente en el caso de las mujeres hay otros factores que también influyen y nos pueden hacer subir o bajar de peso sin motivo alguno, como la retención de líquidos o la menstruación.

Debemos recordar que para conseguir nuestros objetivos en el gimnasio hay que llevar una alimentación sana y equilibrada. Darse una paliza en el gimnasio de nada servirá si al salir nos comemos dos tabletas de chocolate.

Es bueno y recomendable reponer energías al terminar nuestra sesión de entrenamiento pero es mejor optar por una porción de proteínas o carbohidratos, dependiendo de cada caso en concreto.

En resumen, es completamente normal subir de peso las primeras semanas de comenzar nuestro entrenamiento porque estamos construyendo masa muscular, así que ¡paciencia y constancia! Los resultados se verán en un medio/largo plazo.

Para medir resultados fiables, podéis siempre preguntar a un entrenador personal para que os haga un estudio de % de grasa y de músculo incluso medir los contornos del cuerpo para analizar la evaluación de vuestros progresos. Así que… ¡Ánimo y a conseguir nuestros objetivos!

Por Marta Albi. Entrenadora y especialista en nutrición deportiva

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