El amor es una faceta de la existencia humana tan importante como, por desgracia, distorsionada a través de mitos y exageraciones. Aquí veremos cuáles son las ideas clave para tener claro en qué se diferencian el amor y la dependencia emocional, y por qué no debes mezclar ambos conceptos.
La distorción que hay entre la dependencia emocional y el amor hace que, para mucha gente, enamorarse o vivir en pareja implique una serie de actitudes y comportamientos totalmente disfuncionales que muchas veces no solo dañan a la persona que los interioriza sino que también perjudican a los demás. En algunos casos se llega al extremo de asumir que el amor es un sinónimo de dependencia emocional.
¿En qué consiste sentir amor?
El amor es una experiencia que involucra tanto patrones de comportamiento y elementos culturales, como mecanismos biológicos innatos que nos hacen tener interés por estrechar lazos con los demás.
Aunque cada momento histórico y cultura privilegia unas formas de amor sobre otras (hasta hace no tanto tiempo, lo que hoy entendemos como amor romántico prácticamente no existía), todas las formas de amor de pareja comparten ciertas características, que tienen que ver con lo siguiente:
- Al sentir amor, buscamos alcanzar un cierto nivel de compromiso: sacrificar aspectos de nuestra individualidad para poder convivir con esa persona y crear planes de futuro.
- El amor a evolucionando, siendo emocionalmente muy intenso al principio (para maximizar las probabilidades de conocer mejor a la otra persona y llegar a conectar emocionalmente) y estabilizándose con el paso del tiempo.
- El amor tiene un fuerte componente emocional, no se basa en una simple selección de potenciales parejas teniendo en cuenta criterios objetivos.
- El amor de pareja suele tener que ver con el deseo sexual, debido a los mecanismos biológicos sobre los que reposa como fenómeno neurobiológico. Pero en algunos casos se puede dar sin interés sexual.
¿Cómo distinguir entre amor y dependencia emocional?
Tal y como hemos visto, para que el amor no dé lugar a problemas, debe aplicarse sobre una relación en la que exista un cierto compromiso. Sin embargo, este compromiso y el modo en el que lo experimentamos (pues está sujeto a una gran carga emocional) está lejos de dar lugar a una situación de dependencia. Veamos por qué.
1.- El amor da lugar a relaciones que tienden a la simetría: El amor de pareja tiene que ver con el diálogo y la búsqueda del consenso acerca de cómo vivir juntos, creando un proyecto de vida en el que las aspiraciones de ambas personas sean compatibles. Es por eso que, por su propia naturaleza, el amor correspondido tiende a dar lugar a la simetría; ninguna de las dos personas tiene una posición de claro poder sobre el otro, en todo caso las habilidades de ambos se complementan. En cambio, en la dependencia emocional esa simetría no existe, hay alguien que depende del otro, y hay alguien que actúa en consecuencia de su rol como parte privilegiada.
2.- El amor no se basa en el miedo, la dependencia sí: El amor tiene que ver con el placer de estar en compañía de otra persona; de hecho es esa tranquilidad de saber que podemos contar con la otra persona una de las fuentes de motivación principales que lleva a las personas a tener pareja.
Sin embargo, la dependencia emocional no está orientada hacia lo positivo; en ella, lo principal es saber gestionar el miedo a que la otra persona nos abandone, al perder interés por nosotros o encontrar un proyecto de vida mejor junto a otra persona.
3.- La dependencia tiene un componente obsesivo: Durante el enamoramiento, muchas personas desarrollan algo parecido a los pensamientos de tipo obsesivo; tienden a pensar constantemente en la persona por la que sienten atracción, a poner cuidado en dar una buena imagen ante ella, etc.
Pero el enamoramiento dura unos cuantos meses. A medida que el amor va madurando y se va consolidando, pasando a ser más estable emocionalmente, pierde ese aspecto de introspección y se orienta no tanto a los pensamientos y fantasías de uno mismo, sino más bien al deseo de dar apoyo a la otra persona de manera espontánea y apenas meditada, al conocer realmente sus valores, sus inquietudes, sus preocupaciones y vulnerabilidades.
En cambio, la dependencia emocional conserva su carácter obsesivo de manera indefinida; se basa en el miedo al abandono, y eso hace que estas obsesiones puedan intensificarse aún más.
Por Luis Martínez-Casasola. Lic. en psicología